miércoles, 4 de septiembre de 2013

Danza de los Voladores

"Volar Sin Alas"
"Volar sin Alas"
Acuarela sobre papel archés
55 x 75 cms.
DANZA DE LOS VOLADORES
La danza del volador es una especie de prólogo a la ceremonia de vuelo, que se halla extendida desde la región huasteca de México hasta Nicaragua, en América Central. Tanto la danza, que consiste en un taconeo no muy distinto al usado en la danza de los Viejitos y en la de los Negritos, como la ceremonia ritual que sigue a continuación, son ejecutadas por cinco hombres, según algunos representan las cinco direcciones del mundo: los cuatro puntos cardinales y la que va de la tierra al cielo. Esta última dirección la representa un alto poste de hasta treinta metros, que es el punto focal de la ceremonia y simboliza la unión del cielo con la tierra.

Ésta danza probablemente es un rito relacionado con el calendario indígena, cuyo siglo era de cincuenta y dos años, número que resulta de multiplicar las trece vueltas que se deben efectuar durante el descenso, por los cuatro “voladores” que lo llevan a cabo.

La ceremonia comienza desde el acto de la elección del árbol que se va a utilizar para fabricar el poste. Dicho árbol es llevado en procesión hasta la aldea. Luego se cava un hoyo en la plaza y ahí se coloca, bien asegurado, el poste. A veces se pone antes en el hoyo un poco de maíz, un chorro de aguardiente y un guajolote vivo, que será aplastado por el poste y cuya sangre se espera fortifique a los ejecutantes, toda la ceremonia es acompañada por la música de flauta y tambor.
 A la hora de efectuar el vuelo, sube primero el danzante principal, que no “volará”, sino permanecerá en una pequeña plataforma colocada en la punta del poste, ejecutando su baile mientras los otros descienden. Hace invocaciones en dirección a los cuatro puntos cardinales, para que la tierra sea fértil; luego se arrodilla e inclinado hacia atrás, toca la flauta y el tambor en honor del sol. A continuación ascienden al poste los otros cuatro hombres ayudándose, como el primero, de una cuerda enrollada en aquél. Se sientan en una armazón de madera que está suspendida de la plataforma y puede girar sobre la punta del poste. Se atan a las sogas correspondientes y, a una señal dada, se lanzan al aire, de modo que van descendiendo hacia el suelo en círculos cada vez mas amplios conforme se van desenrollando las cuerdas de las que penden.
Esta ceremonia es propia de los huastecos, los nahuas, los totonacas y los otomíes.
"Vuela"
Acuarela sobre papel de algodón
55 x 75 cms.
DATO CURIOSO. Algún tiempo después de que comencé a exponer esta pintura y de que se empezó a dar a conocer en diversas partes, curiosamente apareció un anuncio de cerveza en la televisión que nos recuerda esta imagen.